Segovia es tierra de grandes cocineros en la tradición histórica de los mesoneros mayores de Castilla. No es extraño que lo sea, la gastronomía segoviana es muy variada de calidad excepcional y ofrece grandes posibilidades a los maestros cocineros. Hay cocina de autor en Segovia. Desde los tradicionales platos segovianos que se han hecho acreedores del reconocimiento universal como los judiones de La Granja, el cochinillo o el cordero, pasando por otros que han conseguido un gran reconocimiento como las tapas (torreznos, morcilla, chorizo) que se pueden disfrutar junto con vinos de la tierra en los que Segovia, con sus riberas del Duero, también ofrece caldos de indudable calidad. Y para finalizar sus postres entre los cuales las tejas o el ya afamado ponche segoviano (no confundir con los sucedáneos) constituyen un atractivo más en quienes visitan Segovia y quieren disfrutar también de su acervo histórico y cultural tanto de la ciudad de Segovia como de sus históricas villas (La Granja, Pedraza, Sepúlveda, Sotosalbos y su hermosa iglesia románica etc) o sus parajes naturales con densos robledales y pinares, sol y nieve, y la posibilidad de fotografiar especies como los buitres leonados (Duratón o cerro de Matabueyes en las inmediaciones de La Granja), águilas real e ibérica, zorros, corzos etc.
Esta riqueza cultural y gastronómica ha determinado que, cada año, los restaurantes de Segovia muevan millares de personas que se desplazan a Segovia a disfrutar de su inigualable gastromía y si el tiempo lo permite de un cielo azul nítido, de una noche en la que se pueden buscar espacios para contemplar el cielo y las estrellas o sumergirse, antes y después de una buena comida, en una experiencia histórica y cultural claramente enriquecedora.
Sin embargo, Segovia no solo es tradición, historia y cultura, Segovia también es innovación, es frescura, es apertura a nuevos horizontes, y dentro de esa búsqueda de la excelencia mediante la innovación, los maestros cocineros y la cocina se unen con sus conocimientos y ganas de ofrecer productos de calidad mediante una experiencia gastronómica nueva, realizando una cocina de autor en Segovia.
En efecto, junto con la cocina de toda la vida, hoy se puede encontrar en Segovia una nueva cocina de autor que, respetando la calidad del producto y la tradición, aprecia, sin embargo, la innovación para conseguir los mejores resultados y que se disfrute de una experiencia gastronómica nueva pero siempre con estándares de calidad de excelencia.
Cocina de autor en Segovia: bienvenidos a Fuenteplateada
El atractivo de esa nueva cocina nos lleva a buscar escenarios y espacios con entidad propia dentro de Segovia. Uno de ellos es el restaurante de Fuenteplateada en el que bajo la atenta y experta batuta del fundador y chef del mismo Jesús Mulero podemos paladear una experiencia de nueva cocina en Segovia en un marco natural excepcional (Collado Hermoso) rodeado de robledales y pinares, y con productos base de calidad que permiten una oferta culinaria atractiva, interesante, que nos permitirá tener una experiencia gastronómica excepcional y nos dejará ganas de repetirla.
En Fuenteplateada podemos encontrar una comida cuidada a base de productos naturales, variada puesto que cambia por temporada en el que podemos disfrutar de entrantes como el plan de cristal y jamón de bellota y almendras garrapiñadas, el canelón de pato y foi o la flor de alcachofa a la plancha con salsa romesco o croquetas de setas y miel , entre otros, para seguir con su esmerada selección de arroces, desde el arroz de la Sierra de Guadarrama pasando por el arroz del senyoret y alioli o para los muy exigentes, el arroz negro con calamar y alioli. Para los carnívoros, existe también una oferta muy cuidada que incluye, entre otros platos, la carrillera confitada con garbanzos, setas y espinacas, o el bulldog de revuelto de morcillas, y piñones. Para los más clásicos, el entrecot con su guarnición, o, si eres de los que tienen mucho hambre un cachopo de lubina de jamón y queso, sin olvidar el bacalao al pil pil con mejillón y polvo de pistacho. Y para finalizar una amplia selección de postres, desde la especialidad de la casa, el huevo de Nalada, hasta la torrija con helado de vainilla o el helado de leche de tomillo.
Sin olvidar el menú en el que por un precio muy competitivo se pueden disfrutar en febrero de platos como teja de calçow con salsa romesco, pan tostado con tomate seguida de una parrillada de carne con patatas caliu, pimientos del padrón y salsa de alioli, y finalizar con un postre como la crema catalana.
Y, una vez comidos, un buen café y quizás disfrutar de paseo y una noche tranquila en cualquiera de las habitaciones que ofrece la posada, todas ellas cuidadas en la que podrás encontrar y disfrutar de una chimenea francesa.
En definitiva, cocina de autor con el buen hacer del chef Jesús Mulero para disfrutar de una experiencia gastronómica diferente, intensa, de calidad excelente y que nos abre nuevos horizontes en la gastronomía segoviana enriqueciéndola e innovándola. Un reto para los sentidos que no podemos dejar escapar.